mis amados lectores

lunes, 27 de junio de 2011

rescatame de aqui! capitulo 14, los Cullen



Capitulo catorce: los cullen
pov Bella 
 Habíamos llegado a mi departamento. Empapados como estábamos no podíamos ir a ninguna parte, a ratos nos mirábamos y sonreíamos nerviosos. Como dos locos adolescentes enamorados. Y eso me gustaba. Deje mi blusa y su camisa en la secadora.
Pegue un salto cuando sus manos me agarraron por la  cintura y sus dedos acariciaban mi abdomen. Definitivamente este hombre me quería volver loca.
Solté un gemido cuando uno de los dedos de Edward floto mi parte mas sensible, me apoye de la encimera para no caerme, ya que mis piernas tiritaban.
-         ohh Edward- gemí
Sentí su boca explorando mi cuello, mientras que con su otra mano acariciaba mi pecho izquierdo por debajo del sujetador. Me beso la espalda y con los dientes hizo pedazos, el sostén que estorbaba dejándome semi desnuda.
Un dedo se coló en mi entrada, haciéndome soltar un  pequeño grito de placer, luego metió otro, los metía y sacaba, mi respiración se volvió errática, y sentía el orgasmo posicionarse en mi cuerpo. Apreté con fuerza  la encimera, provocando un destrozo, al sentir el pulgar de la mano de Edward acariciando mi clítoris y sus dedos en mi entrada, no pude evitar que el orgasmo me invadiera. Mi centro palpitaba y Edward no le daba tregua.
Me di vuelta y lo bese en los labios, mi mano bolo hacia su miembro, estaba erecto y duro. Gemio mi nombre apoyando su frente en mi hombro, sus manos volvieron a atacar mis senos, sus dedos jugueteaban con mis pezones, provocando pequeños jadeos, que se mezclaban con los violentos gemidos de Edward. Con un movimiento rápido lo di vuelta y lo deje apoyado en la encimera rota. Me arrodille frente suyo, tratando de sacarle el pantalón sin hacerlo trizas, ya que no tenia para cambiarse.
Había estado con muchos hombres en el pasado, cosa que ahora en el presente me arrepentía, pero ninguno como Edward, su miembro era grande, y de solo  mirarlo sabía cuanto placer podía ocasionar.
Bese su punta tímidamente, como nunca, escuche como parte de lo que quedaba de la encimera sé hacia polvillo, agarre confianza y lo lamí completamente, apretando mis labios y succionando.
-         oh Bella, mi amor sigue así... no pares.

Sentí un nudo en la garganta, cuando escuche llamándome su amor, pero no me detuve, quería que pasara lo que pasara nunca se olvidara de mi, que recordara cada uno de mis besos y caricias, que al estar con la que seria su esposa en la cama, se acordara de mi. ¿Desde cuando me había vuelto tan sensible? Esa Bella déspota, aquella que soñaba conquistar todo a su paso, a punta de engaños, de asesinatos y mentiras había muerto, en cuanto vio la calidez que emanaba los ojos de Edward.
Deje de pensar cuando sentí su mano acariciando mi cabeza y marcando el ritmo de mis lambidas. Parecía una niña entusiasmada chupando una paleta, pero esto era cien veces mejor y más sabroso.
-         Bella... bella. Para…  me voy. Ahhh...- Gemio sin poder controlarse. Me aparte un poco para susurrarle.
-         Vente, Edward vente en mi boca. Quiero probarte completito.- emitió un pequeño gruñido comprimido.

Su líquido estallo en mi boca. Escuche como el sonido de la secadora anunciaba su término. Me pare y lo mire a los ojos, los suyos ardían de pasión, y amor, si, había amor, ese amor que llenaba mi ser, y me hacia convertirme en una persona mejor
Agarre su rostro y lo bese dulcemente sin apresurarme, grabando en mi memoria la contextura de sus labios, la suavidad de su lengua.

Edward se había vestido, y me esperaba acostado en mi cama, mientras yo me torturaba los sesos pensando en que ponerme. No es que fuera de mucha importancia, pero quería que los padres de Edward tuvieran una buena impresión de mi persona.
Al final obste por ponerme unos jean ajustados negros, botas de igual color, una camisa blanca, con tribales bordados color rosa, y una chaqueta beich. Nada que ver con mi vestuario, que siempre se basaba en el negro, y nunca en que blanco menos en el rosa. Pero ya había asumido que era otra. Y pensándolo bien, me venia mejor esos colores. Salimos de mi departamento, cogidos de la mano, como dos novios. Fuimos en mi auto, Edward quiso conducir y yo se lo accedí.

-         buen auto- comento.
-         Gracias. Me gusta- agregué- lujoso pero sencillo.

Edward sonrió, y emprendió el camino a su casa. Manejando con una mano, mientras que la otra estaba entrelazada en mis dedos.

-         cuanto falta- pregunte impaciente cuando el auto abandono la calle para doblar en un camino no pavimentado, y rodeado de arboles.
-         No mucho. Unos cuatro o cinco kilómetros.- solo asentí.

Temí que mi voz me delatara. Ya que sentía un nudo en el estomago, no sabia que me depararía. Y estaba nerviosa. Edward me acaricio la mano con el pulgar.
-         tranquila- susurro- estoy seguro que le agradaras a mis padres- Me impresiono, al percatarse de mi estado de animo, no estaba acostumbrada a que los demás supieran el como me sentía. Pero con el era diferente, es decir con el TODO era diferente.
-         ¿estas seguro? ¿seguro que les agradare?- pregunte nerviosa. El rio de una manera angelical y tierna.
-         Vestida de esa manera ¿a quien no?- solté una pequeña risa. Y si hubiera podido, me hubiese sonrojado.
-         Pero ¿y si hubiese venido con unos estropajos?- el rio de nuevo.
-         Le encantarías aun más.
Trate de que ese comentario me tranquilizara un poco mas, pero aun sentía ese nudo maldito, queriendo estrangularme.
Mire hacia el frente y aunque aun faltaban unos dos o tres kilómetros pude ver con facilidad, una pequeña redondéela de luz, como un prado, rodeado de arboles, y pude también escuchar el sonar de un rio por allí cerca, lo mas probable es que estuviera alrededor de la casa.
-         ¿estamos llegando verdad?.
-         Si- afirmo con una sonrisa- te vez adorable cuando estas nerviosa, me encanta.
-         Ajá- bufe- no te acostumbres, ya que esto no es muy usual. Me incline sobre el asiento y bese sus carnosos labios que me hacían delirar. Y volví a mi lugar. El sonrió aun mas y apretó el acelerador.
Al cabo de un minuto escaso llegamos a lo que seria su hogar. Y la verdad me sorprendió, la casa era hermosa, de tres pisos, y de tonalidades blanquecinas, no estaba acostumbrada a esa gama de colores, viviendo ciento veinte años en una torre donde no había una pizca de blancura, era de esperarse. Pero me gustaba, se aspiraba tranquilidad en esa instancia.
Vi como Alice salió trotando a nuestro encuentro, que digo trotando, parecía que danzaba. Automáticamente le solté la mano a Edward quien mi miro con confusión.

-         eres un hombre comprometido- susurre lo mas bajo que pude.
-         ¡Hey escuche eso!- al parecer Alice estaba demasiado cerca.
Me baje del auto mientras que Edward había quedado petrificado en el auto, con el ceño fruncido,  mirándome con desaprobación y una pizca de enojo.
Pero al igual que yo abandono el auto.
Alice me abrazo pegando saltitos.
-         ¡Viniste! – Canturreo.
-         Pero por supuesto, te dije que lo haría. – entrecerró los ojos.
-         Si pero... ¡te fuiste! ¿Dónde andaba el parcito?- pregunto con una sonrisa, como si supiera lo que había pasado. Pero eso era imposible yo la había bloqueado. Menos mal que Edward salió en defensa.
-         Tuvimos un percance en clase de educación física, además Bella quería conocer la cuidad.
-         ¿La cuidad?... ya. Sí claro- bufo Alice con una sonrisa. Yo me morid el labio llena de vergüenza.
-         ¿Alice por dios que insinúas?- dijo Emmett que salió de la casa seguido de toda su familia con una sonrisa burlona en el rostro. Mire a Alice con ojos de suplica.
-         Ahí nada... no sean metiches... - toda la familia rio tras el comentario.
-         Papa, mama- dijo Edward- ella es Bella- me presentó.- Bella, ellos son Carlisle y Esme, mis padres.
-         Mucho gusto- dije tomando la mano de cada uno de ellos a modo de saludo.
-         Igualmente – dijo Carlisle, con una sonrisa cálida.
-         Por fin conocemos a la famosa Bella. – Comento Esme. Sonreí tímidamente.

Entramos todos a la casa, era más hermosa que por fuera, sus colores eran un abanico de tonalidades blancas.

-         ¿Te gusta?- pregunto Alice, apunto de pegar saltitos en su lugar.- sonrei abiertamente.
-         Me encanta.- eso término de entusiasmar a Alice.

Estuvimos un buen rato sentados en uno de los sillones de centro, platicando sobre la vida de cada uno, Carlisle era un hombre increíble e interesante, mira que haber tenido siglos de abstinencia solo por el amor a los humanos. La vida de Alice era la mas interesante, no sabia de donde venia, ni quien la había convertido, era igual que yo, sin pasado solo con el presente, solo que ella lo sabia llevar mucho mejor que yo. Jasper me había contado su vida con los neófitos, y yo estaba impresionada, la verdad es que estando con los Vulturis me había enterado de esa guerra pero no era igual que una versión en primera persona. Pero sin duda a vida de Rosalie era la más escalofriante, y la manera en que salvo a Emmett de aquel oso, fue lo más tierno. Ninguno menciono a Edward, pero al parecer supusieron que era él quien quería contarme su historia.

-         ¿Y que nos dices de ti?- me pregunto Esme interesada.- traje en seco, me moví incómodamente.
-         Emm... yo soy igual que Alice.
-         ¿En serio?- pregunto Alice, con un brillo peculiar en sus ojos.
-         Sí.
-         Ahhh... –grito Alice- que emoción. ¡Somos iguales!- todos rieron.
-         ¿Y hace cuanto es que te convirtieron?- esta vez fue Rosalie la que pregunto.
-         Hace ciento veinte años.
-         ¿Y estos ciento veinte años donde has estado?- a Jasper le brotaba la curiosidad. Edward no me quitaba la vista de encima.
-         Emm... me gustaría responder esa pregunta Jasper pero lamentablemente ya me tengo que ir- Edward me miro incrédulo.
-         ¡ahí no!- se quejo Alice- ¿pero por que?
-         Tengo cosas que hacer- dije parándome y todos me siguieron- quizás algún día terminemos esta conversación.
-         A no- reclamo Alice- nada de eso de “algún día” si no es mañana no te dejo ir- termino cruzándose de brazos. No sabia como me iba librar al día siguiente de aquella conversación, pero viendo la actitud de Alice no me quedo otra bocín que aceptar.
-         Ok... Alice. Nos vemos mañana. Adiós.
-         Adiós- se despidieron todos. De besos en la mejilla.
-         Yo te voy a dejar- se ofreció Edward.
-         Huí- vociferaron Emmett y Jasper.

Quise salir lo más pronto posible de allí, antes de avergonzarme más. Oí como Edward me seguía los pasos.
Edward condujo nuevamente, pero estaba vez no fue tan agradable como en la mañana, no me había cogido de la mano, quizás era por que sé había ofendió con lo que le había dicho la vez anterior, eso de que era un hombre comprometido... Pero es que era solo la verdad.
Sé estaciono fuera el apartamento apago las luces el automóvil y por fin me miro.

-         ¿Qué pasa?- le pregunte acariciándole el rostro, su mirada se dulcifico tras mi roce.
-         Es que me da rabia no saber nada de ti. ¿Por qué siempre que alguien te pregunta arrancas? ¿Por qué te cuesta tanto?- aguarde silencio un rato.
-         Por que mi vida pasada es un horror. Es una vida que no quiero contar, el pasado me persigue Edward, y no quiero que llegue a tus oídos, primero muerta.- Diciendo esto me baje del auto dejando nuevamente petrificado a Edward.

Subí las escaleras y me adentre a mi apartamento sollozando. ¿Cómo fui tan estúpida? ¿Cómo fui capaz de decirle todo eso? Ahora sí que Edward no querida verme ni en pintura. Mi alma abandono mi cuerpo cuando sentí que alguien tocaba la puerta. Casi volé para abrir la puerta. Y mis ojos vieron la maravilla de su mirar.
No me dijo nada, simplemente me abrazo. ¿Es que acaso podía ser más tierno y comprensivo? ¿Cómo es que supuestamente tengo que evitar enamorarme del, siendo que es un amor de persona? Sin poder evitarlo volví a sollozar en su pecho, mientras que el acariciaba mi cabello.
-         tranquila... ohh- susurraba mientras me llevaba a la cama, me recostó allí, acostándose luego el a mi lado, apoye mi cabeza en su pecho.
-         Gracias Edward, gracias por estar aquí conmigo a pesar de todo.
-         Mírame bella- ordenó. Y cuando mis ojos se clavaron en los suyos susurro- Cuando te conocí, supe que eras diferente, había odio en tu mirar, hacías todo de manera salvaje- sonrió- todavía recuerdo como me atacaste cuando defendí a ese pobre humano. Lo sedienta de sangre que estabas- yo me estremecí, lo había notado todo- la facilidad en que te enojabas al punto de querer matar... Pero de esa vampira salvaje nada queda. Ahora es todo lo contrario, ahí dulzura en tu mirada, amor en tus actos, ¡ahora hasta te vistes diferente! Has cambiado, y eso es lo que importa. Quiero saber que es aquello que tanto te inquieta y atormenta pero solo cuando estés lista, cuando sientas que es el momento. Quiero estar contigo Bella hoy y siempre, no me importa nada mas.- trague en seco, fue muy lindo todo lo que dijo, pero ¿diria lo mismo cuando sepa que soy una Vulturi? Además ¿a qué se refería con eso de que quería estar conmigo hoy y siempre?¿Cómo amigos? ¿Y que más, si el se iba a casar?- Bella yo te amo- mi alma pego un salto al escuchar eso, sentí que todo lo que estaba mal se volvía bueno con solo escuchar eso. Edward me correspondía, correspondía el amor que yo le profesaba.
-         Yo también te amo Edward, no sabes cuan profundo te has metido en mi.- el sonrió con alegría, y beso dulcemente mis labios-... pero tu estas comprometido- le recordé con un nudo en la garganta, aquel nudo que se había vuelto tan familiar últimamente.
-         Solo tienes que pedirlo.
-         ¿Pedir que?- pregunte confundida.
-         Pídeme que no me case, y yo lo hare, pídeme que deje a Tanya para estar contigo y lo hare, te lo juro por nuestro amor que lo hare. Solo quiero estar contigo, es a ti a quien amo no a Tanya, lo de Tanya solo era gratitud.  Solo dilo Bella.


Hola corazones… siento mucho esta eterna demora, pero mi colegio esta en toma, y yo soy parte de la directiva del centro de alumnos por lo que tengo que pasar día y noche pegada al inst. no se desde cuando es que no duermo por las noches. Y en el día solo duermo lo necesario para estar en pie. Pero aquí saque un pedacito de tiempo libre y les hice este capi, y bastante largo que digamos xD, que se que muchas de ustedes esperaban impacientes ¿y que les parece? ¿Qué creen, que hará Bella? …. Déjame un comentario son muy importantes para seguir un millón de besos… las quiero chicas!

5 comentarios:

  1. Ohhhhh Karitoo.. que bella se lo pida porfaaa!!!!!muahahaha... per se que no se lo va a pedir a que si... por uqe la historia se acabaria demasiado pronto... :( y bueno como ya te lo he dicho tantas veces... ERES ESTUPENDA!!!! tu sabes que esta historia me encanta!!! y la otra tambien!!!! sigue asi wapa!!!!! te queremos Karito!!!

    ResponderEliminar
  2. Holaaa heermooonaaaaaaaaa ;D Me guusta esta historia, aunque no tenga permiso para entrar a este blog, xD! Pobre respaaaaldo D:
    Un besito enooorme!

    ResponderEliminar
  3. hola karotooooo!!!!!! Te kdo estupendo me encanto balio la pena la espera pero no nos abandones por mucho tiempo t queremos.... Besos niña no nos abandones por mucho tiempo t queremos.... Besos niña xD

    ResponderEliminar
  4. Hola karo sabes te quedo genial el capitulo es fantastico me encanto y bueno espero puedas arreglar todos tus problemas...Sigue asi,besos,cuidate...

    ResponderEliminar
  5. Tu historia cada día me gusta más...Un beso..Y mi admiración para ti..

    ResponderEliminar

por favor déjame tu huellita en mi corazon, ya que son la inspiracion que me alimentan a seguir escribiendo xD